Apenas él amaba su cuerpo, a ella se le estremecía el alma y caían en gotas, en salvajes esferas, en sustancias exasperantes. Cada vez que él procuraba relamer sus piernas, se enredaba en un gemido quejumbroso y tenía que contenerse de cara al orgasmo, sintiendo como poco a poco las rodillas se separaban, se iban correspondiendo, relacionando, hasta quedar tendido como el agua del mar a la que se le han dejado caer unas paladas del barco. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se mojaba los labios, consintiendo en que él aproximara suavemente su virilidad. Apenas se revolcaban, algo como un escorpión los asustaba, los estremecían y susurraban, de pronto era el final, las estrofas brotaban de las métricas, el jadeo bullicioso del orgasmo, los esfuerzos del muchacho en una sobrehumana agonía. ¡Acabé! ¡Acabé! sudorosos en la cima del mundo, se sentían mal, perdidos y mareados. Temblaba la tierra, se vencían las piernas y todo se resolvía en una profunda paz, en besos de muchísimas horas, en caricias casi crueles que los transportaban hasta el límite de las palabras.
martes, 18 de septiembre de 2012
Traducción Libre- capítulo 68- Rayuela
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNaaaaaaa. Ni se parece. Sacrilegio!
ResponderEliminarBueno, como interpretación libre está bien, pero traducir "Evohé" por "acabé" es un poco... como diría yo... argutendido.
ResponderEliminarAlguien me puede decir si esto está bien o no? Es que necesito eso para una tarea v:
ResponderEliminarsolo copie y ya men usted sabe que el mamadisimo no dise nada
EliminarSi fuera un profesor se edita
EliminarPero la mía es una profesora y me pone uno y que
Qué texto es?
ResponderEliminarJulio cortazar , Rayuela pag 68
EliminarCapítulo 68
EliminarJuego, Capítulo 68 /Julio Cortázar
ResponderEliminarApenas él le dañaba el pensamiento, a ella se le juntaba el corazón y caían en confusión, en salvajes juegos, en sostener el enfado. Cada vez que él procuraba lamer sus entrepiernas, se enredaba en un susurro quejumbroso y tenía que contenerse de cara al orgasmo, sintiendo cómo poco a poco las rodillas se separaban, se iban acomodando, correspondiendo, hasta quedar tendido como el pétalo de rosa al que se le han dejado caer unas hojas por falta de agua. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se mojaba los labios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus dedos. Apenas se abrazaban, algo como un ave los rodeaba, los acercaba y conmovía, de pronto era el final, la hormona erupcionaba de las ganas, la sobrehumítica agonía del amor, los esfuerzos del muchacho en una sobrehumítica paciencia. ¡Oye! ¡Amor! Se veía en la pupila del ojo, se sentían amados, claros y el hombre. Temblaba el cuerpo, se vencían las horas, y todo se resolvía en un profundo sentimiento, en millones de sensaciones grandes, en caricias casi crueles que los transportaban hasta el límite de las acciones.
Eso significa para mi, espero y les sirva :)